Cómo deshacerte de tu jefe – Claire Scanlon, Katie Silberman: Excusas y más excusas

El domingo pasado, en una de mis típicas tardes de domingo, (día que empiezo con toda la expectativa de lo que creo que voy a hacer y que se va diluyendo en las universales autorecompensas tipo “eso se hace rápido” o “lo hago entre semana” o “es domingo, tengo que descansar”) terminé haciendo solo la…

Inferno – Dan Brown: El secreto encanto de los best sellers

Primero que todo, presento muchas y sentidas excusas por la demora que ha tomado esta reseña en estar lista. Una serie de cambios y ocupaciones han sido la razón (¿Y cómo habrán demorado que ya casi tengo finalizada la siguiente lectura, de 605 páginas?) y por eso me excuso, esperando que la espera haya valido…

1984 – George Orwell: De lecturas “felices” y otros demonios

¿Por qué leen los lectores? Tal vez sea una de las preguntas con más y más variadas respuestas que debe existir. ¿Qué es lo que determina que un lector sienta que encontró en su lectura aquello que andaba buscando? Me atrevería a especular que la respuesta puede encontrarse en la medida que determina el qué…

A Sangre Fría – Truman Capote: Lecciones a una joven periodista

Debía estar corriendo el primer semestre del año 2006. Ese año, en un salón sin más decoración que el barniz sobre los ladrillos, en un quinto piso, una joven estudiante de periodismo, atendiendo a una clase de Prensa que le era poco grata, escuchó que había dos libros que todo periodista debía leer: “Entrevista con…

Danza de Dragones – George R.R. Martin: A manera de tributo

20 de septiembre. Recién hoy me enteré de que es el cumpleaños de George R.R. Martin y de inmediato pensé en rendirle un tributo, pues con Jairo Aníbal Niño debe ser el escritor con más libros en mi biblioteca y al que más horas de lectura debí haberle dedicado desde el 2013, cuando mis compañeros…

El Libro de los Portales – Laura Gallego: cruzando las fronteras de la edad

“Es una verdad universalmente reconocida” que tengo una debilidad por los libros para jóvenes. Quizá porque algún resquicio de mi cerebro aún se deleita con los recuerdos de tardes memorables absolutamente fascinada con historias y personajes que desde ese entonces se volvieron entrañables, quizá por inmadurez o tal vez porque creo firmemente en que si…